Visita guiada a la Basílica de Santa Maria del Pi y a su campanario

Probablemente la visita guiada a la basílica de Santa Maria del Pi, en castellano llamada Santa María del Pino, haya sido, junto con la visita guiada a Sant Pau del Camp y la ruta medieval organizada por Raval Cultural, la mejor y más interesante visita a la que he asistido desde que empecé con el proyecto de irBarcelona.

Y es que a su rica y casi inagotable historia, se le unen las increíbles vistas que se contemplan desde lo alto de su campanario, uno de los mejores miradores de la zona, dando como resultado una visita guiada muy completa e interesante, lo que le permite destacar entre las cada vez más numerosas propuestas histórico-culturales que se organizan.

Si a todo esto le añadimos que el encargado de guiarnos durante el recorrido por el interior de la iglesia y por su campanario es el archivero de Santa Maria del Pi, Jordi Sacasas Segura, una auténtica enciclopedia viviente de la historia particular de la basílica y en general de todos los acontecimientos históricos que influyeron de una u otra manera en su devenir, el resultado final no puede ser mejor. Y es que sus explicaciones están llenas de pinceladas históricas, anécdotas, detalles y leyendas, contadas en todo momento con la pasión que sólo alguien dedicado en cuerpo y alma a hacer lo que más le gusta puede llegar a transmitir.

El día de la visita

Tras un primer intento, frustrado por la tupida neblina que cubrió el cielo de Barcelona durante algunos días, por fin pude asistir a la visita guiada a Santa Maria del Pi. El cielo estaba algo nublado pero parecía que el sol, aunque fuera tímidamente, iba a hacer aparición así que finalmente opté por no anular la visita.

Subida al campanario

Después de unos minutos esperando en el interior de la iglesia a que fuera la hora del comienzo de la visita, apareció Jordi Sacasas que, tras una breve presentación, nos acompañó a todos los presentes hacia la puerta de acceso a las escaleras del campanario.

Primer piso del campanario

Cuando apenas habíamos subido una decena de escaleras hicimos la primera parada, momento en el cuál Jordi nos puso en antecedentes históricos, tanto de la basílica como de su campanario. Éste, octogonal y de forma piramidal, se proyectó separado de la estructura de la iglesia y con paredes de tres metros de grosor para poder corregir la inclinación de la misma. Cuando se levantó, en el siglo XIV, era el campanario más alto de Barcelona. El que podemos ver en la actualidad es el resultado de la ampliación llevada a cabo durante el siglo XIX.

Segundo piso del campanario

Después de estas primeras explicaciones comenzamos a subir parte de los 260 peldaños de la escalera de caracol que llevan hasta el campanario. Los peldaños son originales y la gran mayoría de los mismos están muy bien conservados, aunque debido a la erosión producida por el uso constante durante varios siglos se han ido erosionando y, en consecuencia, se han tenido que rellenar con cemento. Durante la subida vale la pena asomarse a las pequeñas ventanas dispuestas ya que muestran una pincelada de las vistas que nos esperan en lo alto de la atalaya.

vistas Catedral de Barcelona

La estrechez de la escalera
El recorrido es bastante estrecho pero el hecho de que la subida hasta arriba no se haga de golpe posibilita que personas que tengan cierta fobia a los espacios cerrados así como que las personas mayores que no tengan excesivas dificultades para andar pueden subir.

Una vez se llega al segundo piso nos reciben las 6 campanas (originarias de los siglos XVI al XVIII) con las que cuenta el campanario. La Campana Major (campana mayor), llamada de forma popular Antònia es la más grande de todas y pese a no ser la original que tocó a somatén durante el sitio a Barcelona de 1714 sí que está hecha con sus restos. Ésta fue la única de las campanas que, dada sus dimensiones, se tuvo que subir por la parte exterior del campanario. En la actualidad está pendiente de una reparación para que se le pueda dar un uso más habitual del que se le puede dar actualmente. Aún así tuvimos la ocasión de escuchar su característico sonido cuando Jordi Sacasas tiró de con fuerza de su cuerda. El contrapunto a la Campana Major lo pone la Campana Petita (campaña pequeña), conocida como Esquirol y que, como bien indica su nombre, es la más pequeña de todas.

campana Antònia (campana mayor)

Si os fijáis en las paredes observaréis que en ellas hay diferentes grabados, realizados por los diferentes maestros de obras que dirigieron la construcción y reformas del campanario así como de algunos de los campaneros que trabajaron en él.

Curiosidad
Todavía hoy en día y tras una piedra se puede apreciar un tono más oscuro de la piedra, fruto del fuego que hacían los campaneros para calentarse y para prepararse algo de comer y es que, eran tantas las veces que sonaban las campanas, que éstos apenas bajaban del campanario, contando incluso con una pequeña construcción en uno de los laterales y que utilizaban para resguardarse de las inclemencias del tiempo.

Vistas desde la terraza del campanario

Finalmente, y después de subir el resto de escaleras que faltaban, llegamos a la terraza del campanario. Cuesta encontrar un parangón a la increíble vista que se observa desde lo alto de Santa Maria del Pi y es que pese a ser igualmente maravillosas, las vistas desde Santa Maria del Mar así como las que ofrece la terraza de la Catedral son muy diferentes, ya que cada una tiene sus propias características y aunque algunos de los lugares que se observan son comunes la visión de los mismos cambia de forma radical.

vistas de Ciutat Vella

La panorámica de 360º nos deleita con la silueta de infinidad de lugares característicos de la ciudad, como la propia Catedral de Barcelona, las Ramblas y varios de sus edificios más emblemáticos, como el Gran Teatre del Liceu, del que se ve perfectamente su fachada así como su algo descuidada terraza. Algo que me llamó mucho la atención fue la inaudita vista de la parte superior de la plaza Real, viendo poco más que su rectangular forma y sus palmeras sobresaliendo por encima.

vistas de la plaza Real

Del la parte del litoral de Barcelona destaca la visión, a lo lejos, del barrio de la Barceloneta, del hotel W Barcelona y del teleférico Aeri del Port, que lleva hasta la montaña de Montjuïc y que, por supuesto, también es visible desde aquí, sobresaliendo en ella la silueta del Palau Nacional de Montjuïc y de la torre de telecomunicaciones. También a lo lejos, aunque en otra dirección, se aprecia la sierra de Collserola, coronada por el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús y la Torre de Collserola.

vistas Barceloneta

Aunque parezca mentira, de entre todos estos conocidos lugares de la ciudad no se encuentra el que más me llamo la atención y es que éste no fue otro que el de la sorprendente imagen que transmite el conjunto de terrados de los edificios de Ciutat Vella que quedan a los pies del campanario y que muestra la Barcelona más auténtica, la de sus gentes.

Si os fijáis bien podréis ver claramente el perímetro de la antigua ciudad romana, delimitado por las calles Banys Nous y Avinyó, algo en lo que caímos gracias al apunte de una de las personas que hacía la visita.

Apunte
Según comentó Jordi Sacassas, en días muy claros y de una gran visibilidad es posible observar, desde lo alto del campanario, la silueta de la isla de Mallorca.

No miré el reloj pero estoy convencido de que estuvimos cerca de media hora disfrutando con las increíbles sensaciones que transmitía este idílico lugar y es que, además de relajarnos gracias a la paz y tranquilidad de este mirador, también pudimos aprender multitud de cosas gracias a las explicaciones históricas y arquitectónicas de Jordi Sacases.

El interior de la iglesia

El museo y el tesoro

Tras bajar los 260 peldaños de la escalera, que previamente habíamos subido, ésta vez del tirón, nos dirijimos hacia el tesoro de la iglesia. En esta pequeña sala es dónde se fundían las campanas y el agujero que se observa en el techo y que llega hasta lo alto del campanario es el espacio que permitía subirlas hasta arriba.

Custodia Mayor

Cada uno de sus dos laterales cuenta con un cuadro, “La adoración de los Reyes” del pintor Juan Carreño de Miranda, discípulo de Velàzquez y Rubens, y “La Sagrada Familia” de Antoni Viladomat, enterrado en la misma basílica de Santa Maria del Pi. Acompañando a los cuadros hay dos escudos de armas originales del siglo XIV, de los que sólo se conservan tres en toda Catalunya, estando el tercero también en posesión de la iglesia, aunque se encuentra guardado ya que su maltrecho estado actual así lo aconseja.

El elemento que más llama la atención es la Custodia Mayor, realizada en plata y situada en la vitrina central, de la que únicamente existen otras tres, de características similares, en toda Catalunya. Junto a él se encuentra el Lignum Crucis, un reliquiario del año 1498 que el Rey Martí regaló a la iglesia y que es la primera pieza renacentista hecha en Catalunya de la que se tiene conocimiento.

Apunte
Poco antes de la toma de Barcelona por parte de las tropas franquistas en el año 1936 las piezas del tesoro de la iglesia de Santa Maria del Pi desaparecieron. Los vecinos las habían salvaguardado de posibles expolios para, más tarde, acabar devolviéndolos a su ubicación original.

El Rosetón

Si antes de entrar a la iglesia hay un elemento que llama la atención, por encima incluso del campanario, es el enorme rosetón de 10 metros de diámetro, visible desde la plaça del Pi. Se trata del rosetón más grande de Catalunya, superando por poco al de la Catedral de Tarragona.

rosetón basílica Santa Maria del PiCatedral Notre Dame de París. Su gran colorido, casi hipnótico, está conformado por diferentes vidrieras, en las que se muestran varias representaciones, la mayoría de las cuales, de contenido religioso. Son los casos de la Estrella de David, de 12 puntas, en la que cada una de ellas hace mención a una de las 12 tribus de Israel y el de la la ilustración de la nueva llegada de Jesús y del fin del mundo. De entre los elementos no religiosos destacan el escudo de la Corona de Aragón y el del Pi.

El actual rosetón data del año 1950. Es una copia exacta del original, roto en miles de pedazos cuando en el año 1936 se cayó en medio de la plaza del Pi debido el incendio del órgano, situado justo debajo suyo y que había sido provocado por milicianos. No era la primera vez que algo así ocurría ya que en el año 1428, esta vez tras un devastador terremoto, el rosetón de la basílica de Santa Maria del Pi también cayó sobre la plaza.

Presbiterio

El elemento más importante del presbiterio de la iglesia es la imagen de la Mare de Déu del Pi, que preside el altar. Realizada con piedra del Vallés, blanda y en consecuencia muy moldeable, se trata de una talla gótica, originariamente policromada, del siglo XIV. De forma milagrosa, la talla de la virgen fue la única pieza del retablo mayor que sobrevivió a los efectos de la bomba que cayó en la iglesia durante el bombardeo del año 1714. Pocos años después se ubicó en la fachada y durante los destrozos sufridos por la basílica la talla acabó rompiéndose en varios fragmentos. Sus restos se trasladaron hasta el monasterio de Pedralbes, dónde fue restaurada. Finalmente, y tras tantos años, hace relativamente poco tiempo que la imagen de la Mare de Déu del Pi vuelve a estar en su emplazamiento original.

vidrieras Santa Maria del Pi

Valoración de la visita
Pese a las más de dos horas que acabó durando la visita, dada la gran cantidad de cosas a explicar y a que ésta se desarrolló de una forma amena, dinámica y totalmente participativa, lo cierto es que me quedé con ganas de más, de conocer más detalles de la propia historia de la iglesia y de cada uno de los hechos históricos que la afectaron directa e indirectamente. Creo que he contado demasiadas cosas en este artículo, no era mi intención, pero al igual que le pasa a Jordi Sacasas cuando habla de “su iglesia”, a mi también me cuesta sintetizar en pocas palabras mi pasión a la hora de escribir sobre aquello que me gusta.

Tipos de visita y precios de la entrada

El acceso al interior de la iglesia de Santa Maria del Pi es de pago fuera del horario de misas. El motivo esgrimido para cobrar por entrar es la necesidad de obtener recursos para financiar la gran cantidad de reformas pendientes de la basílica, tanto a nivel estructural como de alguna de sus piezas más valiosas. Buena prueba de ello es el lamentable estado en el que se encuentra el archivo de la iglesia, en el que incluso hay goteras y que cuenta con importantísimos documentos que podrían llegar a perderse si algo ocurriera en su interior.

Pese a ser una decisión controvertida todo el dinero ingresado con la venta de entradas va a parar íntegramente a la rehabilitación de la iglesia así que, aunque es una decisión que no me acaba de gustar, comprendo la medida tomada y es que quién algo quiere (mantener un monumento histórico con más de 6 siglos de antigüedad) algo le cuesta.

Visita por libre
El coste de la visita por libre al interior de la basílica es bastante asequible, existiendo además descuentos para diferentes tipos de visitantes.

Precio

Adultos: 4,00€.
Descuento: 3,00€ para jóvenes de 7 a 16 años, mayores de 65 años y poseedores del carnet de estudiante.
Gratis: niños de 0 a 6 años, personas en paro y personas discapacitadas.
Grupos (+ de 20 personas): 4,00€ por persona.
Colegios: 2,00€ por alumno.
Familias (2 niños o más): 12,00€ (toda la familia).
*Si se desea se puede alquilar, por 2,00€, una audio-guía que os acompañe durante la visita.

Horario: durante todo el día a excepción del sábado por la tarde y del domingo por la mañana, ya que tienen lugar las celebraciones litúrgicas.

Aviso importante
La visita por libre no incluye la subida a la terraza del campanario. Para cualquier duda al respecto podéis contactar directamente con la iglesia del Pi.

Visita completa guiada

Realmente la visita más ilustrativa y que, según mi modesta opinión, más vale la pena, es ésta. El inconveniente es su coste, que puede resultar algo elevado para algunas personas y en consecuencia acabar por disuadirlas a la hora de realizar esta visita. Aún así, si realmente es una temática que os interesa y os lo podéis permitir, vale mucho la pena. También os sugerimos que os fijéis en los descuentos que se aplican porque es probable que os podáis beneficiar de alguno de ellos, suponiendo en tal caso un ahorro importante en el precio final de la entrada.

Precio

Adultos: 12,00€ (sin subida al campanario: 6,00€).
Descuento 1: 8,00€ para jóvenes de 7 a 16 años, mayores de 65 años y poseedores del carnet de estudiante (sin subida al campanario: 5,00€).
Descuento 2: 4,00€ para niños de 0 a 6 años, personas en paro y personas discapacitadas.

Visita en castellano / catalán: miércoles y sábados a las 12:00h y viernes a las 17:00h.
Visita en inglés: miércoles y sábados a las 13:30h y viernes a las 15:30h.
Duración: 1 hora y media (puede alargarse en función del transcurso de la visita)
Idioma: en catalán o castellano, en función de que todos los integrantes del grupo entiendan o no el catalán. Contactando previamente con la basílica también se ofertan visitas en alemán.
Visita realizada por: Montse Sacases o Xavier Sacasas.

ACTUALIZACIÓN: TAMBIÉN POR LA TARDE
Desde hace unas semanas también se ofrece una visita guiada los viernes por la tarde, haciéndolo coincidir con el atardecer. Esto permite disfrutar de una hermosa puesta de sol y observar cómo la ciudad se tiñe de un precioso color dorado. Tuve ocasión de realizar la visita guiada el viernes 28 de febrero por la tarde y os adjunto algunas fotografías de las vistas. También comentar que en mi primera visita, por falta de tiempo, no pude ver la exposición de la cripta pero en esta segunda ocasión sí que pude verla. ¡Os la recomiendo!

Visitas nocturnas

A partir del 20 de marzo también se podrá visita la Basílica del Pi, gracias a dos tipos de iniciativas, lo que permitirá descubrir los entresijos de la iglesia y tener una visión privilegiada de la ciudad de noche.

Basílica del Pi secreta i misteriosa

Qué incluye: Visita guiada al interior de la Basílica del Pi, enfocada en su historia más misteriosa y secreta. El recorrido finaliza con la subida al campanario para observar las vistas de Barcelona de noche.
Horario: Viernes a las 20:30h y sábados a las 21:30h.
Entrada general: 19,00€
Entrada anticipada: 16,00€ (reserva online).
Reservas: 653 997 987 / 933 184 743.

El Campanario del Pi nocturno

Se trata de una experiencia sensorial nocturna en lo alto del campanario de la Basílica del Pi (no incluye visita guiada) en la que se puede disfrutar de música en directo, proyecciones audiovisuales, aromas, vistas de Barcelona de noche y otras sorpresas.

Qué incluye: Música en directo, proyecciones audiovisuales, copa de cava, vistas de Barcelona de noche y muchas sorpresas más.
Horario: De forma puntual. Próxima fecha 24 de mayo a las 21:00h.
Entrada general: 25,00€
Entrada anticipada: 19,00€ (reserva online).
Reservas: 653 997 987 / 933 184 743.

Obligatoria la reserva previa
Para las visitas guiadas y la experiencia sensorial no os olvidéis de hacer la reserva previa, contactando por teléfono o email con la basílica, ya que es algo recomendable al tratarse de una visita que se realiza en grupos reducidos.

atardecer desde el campanario

Galería de fotos

Mapa y resumen

Visita guiada a Santa Maria del Pi
basilicadelpi.com
Dirección: plaça del Pi, 7.
Teléfono: 933 184 743.
Email: info@basilicadelpi.com.
¿Cómo llegar?

Metro: Liceu (línea 3) la más próxima. Jaume I (línea 4) y Catalunya (línea 1 y 3) .
Autobús: líneas 14, 59 los que dejan más cerca. Otros: 16, 17, 41, 42, 55, 141 y autobús turístico.
Renfe: Pl. Catalunya.
A pie: se puede llegar a pie si os encontráis dando una vuelta por el centro de la ciudad.

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