Jardines de Laribal

Inaugurados en el año 1922 los Jardines Laribal se proyectaron, al igual que muchos jardines y edificaciones de la montaña de Montjuïc para embellecer la zona de cara a la celebración de la Exposición Internacional de 1929. El Ayuntamiento de Barcelona le compró los terrenos, hasta entonces de propiedad privada, a Josep Laribal, y le encargó el laborioso proyecto de creación de los nuevos jardines públicos al paisajista e ingeniero Jean Claude Nicolas Forestier y a su ayudante Nicolau M. Rubió Tudurí.

¿Qué cosas ver en los Jardines Laribal?

Con una extensión actual de 5Ha, que van desde la Fundación Miró hasta los Jardines del Teatre Grec, los Jardines de Laribal se encuentran en una parte de la montaña que cuenta con zonas bastante empinadas, algo que Jean Claude Nicolas Forestier aprovechó para proyectar varias escaleras, con el objetivo de salvar los diferentes desniveles, así como hermosas cascadas que aprovecharan esta situación y que le otorgaran un mayor encanto al jardín.

Después de varios años en los que los jardines estuvieron algo abandonados se realizaron unos importantes trabajos de remodelación para potenciarlos y modernizarlos, lo que sirvió para que hoy en día luzcan de forma esplendorosa y sea uno de los jardines más bonitos y con mayor encanto, tanto de Montjuïc como de Barcelona.

Vegetación, arte, arquitectura y otros elementos decorativos

La gran extensión de los jardines permite que los éstos cuenten con una gran variedad de vegetación, tanto mediterránea como originaria de otros continentes. Árboles como nísperos, naranjos amargos, pinos, higueras, palmeras o cipreses y diferentes variedades de plantas y flores como geranios, rosales, lavanda, romero o hiedra le otorgan a los jardines una imagen casi de cuento.

Además de los diferentes árboles y plantas el jardín es rico en todo tipo de elementos decorativos, tanto arquitectónicos como escultóricos, de entre los que destacan una serie de fuentes, esculturas, bancos, pérgolas, rampas, macetas, escaleras y estanques. Ciertas paredes y una fuente, obra de Llorenç Artigas, se encuentran revestidos de cerámica decorativa de llamativos colores, lo que otorga a los jardines un aire señorial. Os sugerimos que prestéis especial atención a las tres magníficas esculturas femeninas (La Noia de la trena y Repós, ambas de Josep Viladomat y Estival, de Jaume Otero, todas de la década de 1920).

Font del Gat

La Font del Gat, en castellano fuente del gato fue proyectada por Joan Antoni Homs en el año 1918. Se trata de una fuente en la que el agua brota por un saliente situado en la boca de un gato. Punto de encuentro de varios excursionistas que subían a Montjuïc a principios y mediados del siglo XX así como de un grupo de intelectuales apodados La Colla de l’Arròs, la fuente fue ganando gran popularidad entre los barceloneses, llegando a su máximo exponente cuando el escritor Joan Amich escribió la canción popular «La Marieta de l’ull viu», también conocida como Baixant de la Font del Gat, cuyo estribillo hace mención a la fuente.

Junto a la fuente se encuentra un edificio neocentista, obra del famoso arquitecto catalán Josep Puig i Cadafalch, actualmente sede del restaurante y café La Font del Gat y dónde podréis aprovechar para tomar algo en su terraza mientras descansáis y cogéis fuerzas para seguir explorando la zona.

Galería de fotos

Mapa

Los Jardines de Laribal cuentan con varios puntos de acceso, incluido uno que los une a los adyacentes jardines del Teatre Grec. Aún así nosotros os recomendamos acceder a través del que podría considerarse acceso principal, situado en el passeig de Santa Madrona 2, junto al Museo de Arqueología de Catalunya y al que llegaréis tras subir por la calle Lleida.

Mapa de Barcelona